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¿Por qué no nos gusta escuchar nuestra voz?

¿Te has escuchado en una grabación y has pensado que tu voz es desagradable? ¡Tranquilo! A casi todos nos pasa. La mayoría de las personas, al escuchar su voz en una grabación, experimentan una sensación de desagrado e incluso de vergüenza. En este artículo te contamos por qué no nos gusta escuchar nuestra voz.

Por qué no nos gusta escuchar nuestra voz: dos explicaciones

Hoy en día, con el avance de las nuevas tecnologías, es normal que escuchemos nuestra propia voz de manera recurrente en grabaciones y videos. Sin embargo, al escuchar el sonido de nuestra voz experimentamos una extraña sensación de desagrado. Pensamos que la voz que escuchamos en la grabación no se compara en nada con nuestra voz real.

Pero, ¿a qué se debe esta extraña sensación? La respuesta viene por medio de dos vías: la física y la psicología. En primer lugar, debemos de comprender que cuando escuchamos nuestra voz de manera natural, al hablar, estamos escuchando un sonido que se origina en nuestro interior, desde nuestras cuerdas vocales. Esto significa que nuestro cerebro capta el sonido desde el interior de nuestro organismo.

Pero eso no es todo, al hablar, el cerebro también interpreta a nuestra voz como algo que procede desde el exterior. Se trata de una combinación de dos frecuencias: una interna y otra externa.

  1. Vía interna: Las ondas sonoras emitidas por las cuerdas vocales llegan al sistema auditivo por reverberación a través del cráneo. Esto significa que nos oímos “por dentro”. Además, el cerebro capta el sonido en una tonalidad más baja, por lo que lo percibimos como más grave de lo que realmente es.

  2. Vía externa: Nuestro cerebro interpreta el sonido de nuestra voz como cualquier otro sonido proveniente del exterior.

Luego de lo anteriormente expuesto, podemos llegar a comprender que nuestro sistema auditivo realiza un trabajo fantástico a la hora de interpretar las ondas sonoras procedentes de nuestras cuerdas vocales. El cerebro debe de combinar dos frecuencias, la interna y la externa. Esto hace que percibamos nuestra voz un tanto más grave de lo que realmente es.

En las grabaciones y audios, solemos escuchar nuestra voz un tanto más aguda y distorsionada. Es por este motivo que no nos gusta escuchar nuestra voz si no es de manera directa.

Relación entre sonido y autoconcepto

Más allá de la física, también existe una explicación psicológica que nos puede llevar a comprender por qué no nos gusta escuchar nuestra voz.

Lo primero que debemos de recordar es que la percepción de nuestra propia voz es un componente esencial en la formación de nuestro autoconcepto. Las experiencias sensoriales que tenemos acerca de nosotros mismos son fundamentales a la hora de desarrollar nuestra propia manera de concebirnos.

Esto explica el hecho de que, cuando nuestro propio cerebro interpreta nuestra voz en un audio, de inmediato experimentará una sensación de rechazo. Por eso la sensación de “así no suena mi voz realmente”. Nuestro cerebro no puede concebir cómo nuestra voz suena de manera tan distinta en comparación con lo que él mismo percibe cuando hablamos.

Además, si otras personas verifican que nuestra voz del audio coincide realmente con nuestra propia voz, la sensación de desagrado aumentará aún más.

Notas de voz en épocas modernas

En la actualidad, y debido al avance de la tecnología, las personas pueden escuchar cotidianamente su propia voz desde audios y videos Este hecho ha tenido una gran influencia en la percepción colectiva acerca de la propia voz.

A continuación te mostramos una pequeña cronología que muestra cómo se ha desarrollado colectivamente la percepción de la propia voz a través de los años:

  1. Un estudio realizado en 1967, en el cual se expuso a un gran número de personas ante distintos estímulos de ondas sonoras, demostró que tan solo el 38% de los participantes podían identificar su propia voz procedente de grabaciones.

  2. En 2010, otro estudio que comparaba la velocidad de auto-reconocimiento por vía visual y auditiva, demostró que el porcentaje de participantes que reconocía su propia voz proveniente de grabaciones externas era de un 90%.

  3. En cuanto a la sensación de desagrado al momento de escuchar nuestra propia voz en notas de audio, un estudio realizado en 2013 demostró que si previamente se le avisa a la persona que va a estar expuesta al sonido de su propia voz, la sensación de desagrado disminuye.

No cabe duda alguna de que nuestro cerebro es uno de los sistemas más complejos y fascinantes del Universo mismo. Estudiar la percepción de nuestros propios estímulos sensoriales es algo realmente fascinante. Si después de leer este artículo aún no consigues sentir agrado al momento de escuchar tu propia voz, debes de saber que existen muchas técnicas y ejercicios que te permitirán sentirte identificado con tu propia voz cuando esta procede de una fuente externa.

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